Cada noche me despierto y miro al cielo
sin trabajo, sin dinero ¿de quién la culpa?
Cada día cabizbajo miro al suelo
hace tiempo que no me hago esa pregunta
hace mucho me la hacía a cada instante
desesperado y agotado por la vida
era despierto, trabajador y echao palante.
La extraña inercia de cada día ya me asfixia
¿por qué? otra pregunta vuelve a mis entrañas
¿política, sociedad, egoísmo exacerbado?
¿es mi imagen, es mi olor?
Pero la gente se aparta de mi lado
he perdido mis sueños y mi honor
he perdido a mis pequeños y a mi amor
echo de menos llegar a casa cansado.
La suerte de un día, creí ver el cielo
maldita lotería, maldito dinero.
Me olvidé de los míos, era el rey
seguí un camino, seguí mi ley.
Ahora soy sólo un pordiosero,
mi bingo, mi traje mi reloj de oro
hoy es un capricho, caviar de primero
de segundo he dicho, que lo quiero todo:
A esa señorita en mi habitación
esa otra que baile aquella canción
A ese chófer aparcando lo que tanto adoro
Mientras me traen mi coca de mi corazón.
Oigo un susurro en mi interior que no me deja
¿eres ese tal Dios o es la cerveza?
Seré yo mismo que no quiero reconocer
mi dolor y ganas de salir de la pobreza...
y me dices...:
“Si tú quisieras, todo sería diferente
¡qué vuelco daría tu corazón al oír sus gritos!
Si tú pudieras ver mi rostro entre la gente
mis ecos retumbarían al son de tus silbidos
si tú escucharas en lo hondo del silencio simplemente.
¿Por qué te empeñas en mirarte el ombligo y en rendirte?
¿Por qué te olvidas de tu trabajo inconcluso?
Añoras aquel tierno y fiel amigo nunca triste.
Perdonas al que te ofende y te da tanto disgusto.
¡Despierta no te duermas ahí mal-bicho!
Pues tu sitio no es el suelo ni el ayer
sigues siendo una hormiguita que al crecer
encuentra el alimento de sus hijos.
Soy tú mismo que no pierdes la esperanza
No soy tu dictador ni tu jefe ni enemigo
No temas, no hay rencores, no hay venganzas
¡Resucita testarudo y noble amigo!”